
Los Diablos Danzantes de Corpus Christi.
Estas últimas dos palabra significa
“cuerpo y sangre de Cristo”
Los Diablos Danzantes se celebran desde el siglo XVIII, en un
pequeño pueblo del Estado Miranda, llamado San Francisco de Yare, esta
fraternidad es la más vieja y de seguro la mas organizada de
Latinoamérica, lo más bonito de las fiesta es ver a los Diablos
Danzantes bailando por las calles del poblado al son del tambor, para
luego arrodillarse al frente, en la entrada de la iglesia
principal, ubicada en el Casco Central del Pueblo, el templo lleva
como nombre Iglesia San Francisco de Paula, al arrodillarse muestran
respeto a Dios, escenificando la rendición del mal ante los
pies de Cristo, mientras el sacerdote los bendice, culminando esta
celebración cuando la iglesia al final de la tarde hace sonar las
campanas.

Aparte de estas
actividades realizadas en San Francisco de Yare, también se
desarrollan de forma simultánea otras diabladas como los Diablos de
Tinaquillos, Diablos de Chuao y Diablos de Naiguatá. Sus
vestimentas son muy similares a la usada por los yarenses.
Los Diablos Danzantes deberán bailar ante 41 altares ubicados en los
alrededores del Casco Central de Yare, mientras los devotos se
agruparan en la Cruz Verde, que se encuentra en el Sector El
Empedrado, donde comienza el recorrido nuevamente, esta vez en
compañía de una medalla sagrada, que a pesar de no representar el
Santísimo Sacramento lleva consigo un valor espiritual
enorme.
La medalla data del año 1911, cuando el Arzobispo de Caracas; Juan
Bautista Castro congrego a todos los sacerdotes de los pueblos del Tuy
en la ciudad capital, el motivo de este llamado era
realizar una condecoración, que coincidió con la celebración del
Corpus Christi, lo que dejaría al pueblo sin párroco, impidiendo el
inicio de actividades, por lo que el Arzobispo motivado por la
gran angustia de la diablada decide pedirle a los promeseros que
reciben la condecoración y venerarla como si fuese el Santísimo, esta
petición aun se mantiene vigente entre los fieles.

Antes de entrar a escuchar la misa
oficiada por el Arzobispo de los Teques, los Diablos dan la vuelta a la
iglesia en dos ocasiones.
Al concluir el culto se juramentan los nuevos promeseros, para
trasladar en procesión a la imagen de Jesús Vivo, a la cual los Diablos
Danzantes rinden tributos con sus bailes antes de devolverla
a la Iglesia, y posteriormente dirigirse al Sector El Empedrado para
comer en compañía de los lugareños un platillo venezolano, como lo es
El Mondongo.

Los Diablos
Danzantes de Corpus Christi forman
parte junto con otras 11 cofradías de Venezuela, de la
Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que
decreta la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO),
en París,
el 6
de diciembre del
año 2012.
Cada
una de estas tradiciones, que hoy son Patrimonio Cultural Inmaterial de
la Humanidad, constituyen una expresión profunda de la venezolanidad
y nos hacen sentir complacidos de nuestra condición de pueblo
multiétnico y pluricultural, perseverante y hermanado en la
diversidad, siendo una de las prácticas culturales de mayor arraigo y
trascendencia. El Corpus Christi se celebra noveno jueves después del
Jueves Santo.
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