lunes, 8 de junio de 2015

El color en la cultura venezolana: Diablos danzantes del Corpus Christi

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Los Diablos Danzantes de Corpus Christi.
Estas últimas dos palabra significa 
“cuerpo y sangre de Cristo” 





Los Diablos Danzantes se celebran desde el siglo XVIII, en un pequeño pueblo del Estado Miranda, llamado San Francisco de Yare, esta fraternidad es la más vieja y de seguro la mas organizada de Latinoamérica, lo más bonito de las fiesta es ver a los Diablos Danzantes bailando por las calles del poblado al son del tambor, para luego arrodillarse al frente, en la entrada de la iglesia principal, ubicada en el Casco Central del Pueblo, el templo lleva como nombre Iglesia San Francisco de Paula, al arrodillarse muestran respeto a Dios, escenificando la rendición del mal ante los pies de Cristo, mientras el sacerdote los bendice, culminando esta celebración cuando la iglesia al final de la tarde hace sonar las campanas.

 

La preparación para las celebraciones de los Diablos Danzantes de Yare comienza un martes, esta ceremonia previa consta de velorios, que son animados con rezos, decimas, rosarios y cantos de fulias para que el jueves de Corpus Christi se inicie el ritual como es costumbre. Primero los capataces y arreadores junto a los promeseros, danzan la bamba (una especie de baile ceremonial, mucho más respetuoso que el tambor), estos deben tener las máscaras hacia abajo, ya que no pueden subir la cara ni mirar al Santísimo mientras bailan, hasta caer de rodillas, comenzando a orar en las puertas de la Iglesia de San Francisco de Yare, allí el sacerdote los bendice y da el permiso para que la danza de inicio a la ceremonia. 

Aparte de estas actividades realizadas en San Francisco de Yare, también se desarrollan de forma simultánea otras diabladas como los Diablos de Tinaquillos, Diablos de Chuao y Diablos de Naiguatá. Sus vestimentas son muy similares a la usada por los yarenses.

 

Los Diablos Danzantes deberán bailar ante 41 altares ubicados en los alrededores del Casco Central de Yare, mientras los devotos se agruparan en la Cruz Verde, que se encuentra en el Sector El Empedrado, donde comienza el recorrido nuevamente, esta vez en compañía de una medalla sagrada, que a pesar de no representar el Santísimo Sacramento lleva consigo un valor espiritual enorme.

 

La medalla data del año 1911, cuando el Arzobispo de Caracas; Juan Bautista Castro congrego a todos los sacerdotes de los pueblos del Tuy en la ciudad capital, el motivo de este llamado era realizar una condecoración, que coincidió con la celebración del Corpus Christi, lo que dejaría al pueblo sin párroco, impidiendo el inicio de actividades, por lo que el Arzobispo motivado por la gran angustia de la diablada decide pedirle a los promeseros que reciben la condecoración y venerarla como si fuese el Santísimo, esta petición aun se mantiene vigente entre los fieles. 

Para iniciar el velorio los Diablos recorren las casas del poblado en busca de alimentos, esta tradición fue iniciada por la señora Margarita Cádiz, presidenta de la Cruz de Mayo, y la mantuvo vigente la señora Cayetana Valdez, primera capataz de los Diablos Danzantes de Yare desde el año 1942, lamentablemente ella murió en el año 2013.

 

Antes de entrar a escuchar la misa oficiada por el Arzobispo de los Teques, los Diablos dan la vuelta a la iglesia en dos ocasiones. Al concluir el culto se juramentan los nuevos promeseros, para trasladar en procesión a la imagen de Jesús Vivo, a la cual los Diablos Danzantes rinden tributos con sus bailes antes de devolverla a la Iglesia, y posteriormente dirigirse al Sector El Empedrado para comer en compañía de los lugareños un platillo venezolano, como lo es El Mondongo.

 

Entre los instrumentos utilizados se encuentran las maracas, las cuales eran utensilios de los chamanes aborígenes y es llevado en la mano derecha por los promeseros para de esta forma ahuyentar el mal, impidiendo la intervención en el ritual. El tambor, encargado de anunciar la salida de los Diablos, además de acompañar la procesión, también es llamado caja o redoblante, representando el origen africano. La cruz, usada como protección, simboliza los cuatro puntos cardinales y la unión de los opuestos; el cielo y la tierra se reconcilian en la cruz. También se puede observar como accesorios el Cencerro, una especie de campana pequeña que va atada a la cintura, dicen que al sonar alejan las malas influencias. El látigo, símbolo de autoridad de los capataces para infundir respeto dentro y fuera de la cofradía. Por su parte, el instrumento denominado cuatro es utilizado en 4 de las cofradías del Estado Aragua, sirve para marcar el ritmo de la danza, como instrumento representativo de nuestra música venezolana.

 

Los Diablos Danzantes de Corpus Christi forman parte junto con otras 11 cofradías de Venezuela, de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que decreta la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO), en París, el 6 de diciembre del año 2012. Cada una de estas tradiciones, que hoy son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, constituyen una expresión profunda de la venezolanidad y nos hacen sentir complacidos de nuestra condición de pueblo multiétnico y pluricultural, perseverante y hermanado en la diversidad, siendo una de las prácticas culturales de mayor arraigo y trascendencia. El Corpus Christi se celebra noveno jueves después del Jueves Santo.

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